miércoles, octubre 24

Historias de la Puta Mili

No, no. A pesar del título del post no voy a hablar de la magnífica obra del desaparecido Ivá. Tampoco voy a hablar de la revista creada por la gente de El Jueves para todos aquellos que cumplían con la patria, y en la que curiosamente descubro que colaboró mi compañero malavidero Kalitos.

Voy a hablar de mi mili que, en algunos momentos, llegó a ser casi tan disparatada como la del cómic. Tenía un sargento que daba mil vueltas al Sargento Arensivia.
Todo comenzó allí por el año 95, terminando ya la carrera. Decidí compaginar el servicio militar con el último año de carrera, ya que me quedaban un par de asignaturas. El caso es que el cliente del Karaoke donde trabajaba que menos pensaba me "enchufo" en el cuartel de Casetas. ¡Sin esperarlo!


Una vez allí y gracias a que era el más mayor y el único con estudios (de no ser así lo habría pasado chungo) me colocaron en el SERRES (Servicio Recreativo del Soldado). O sea, donde estaban las maquinetas de marcianos, el futbolín y un pequeño video-club.
Mi misión era tener cambios para los soldados y grabar todos los viernes la peli porno del C+. En poco tiempo me hice un experto en el cine porno (pero no tanto como Dioni).
Ya he contado alguna vez como, no recuerdo de que manera, conseguí una peli de transexuales y conseguí que pasará por las manos de todos y cada uno de los mandos del cuartel. Ellos excusaban no haberla visto por estar muy ocupados pero me añadían "luego vendrá el Capitán X pasasela que le he dicho que es muy buena".
El caso es que con tanto tiempo libre estudiar no estudié nada, lo que sí saqué tiempo fue para dibujar.
Practicamente me dibujé a todo el cuartel (suerte que era pequeño y tendría no más de cien soldados).
Lo típico que se empieza por uno, el más amigo, otro que lo ve, otro que pide, al final.... lo que véis.
Mi primera, y hasta ahora, única exposición propia. No sé si realmente se parecerían, lo que si se es que nos echamos unas buenas risas.

Y hasta los más macarras del cuartel me dieron las gracias. Eso sí, antes me habían hecho cantar la canción del recluta e ir por todo el cuartel a buscar el deshuesador de flanes.


Logicamente el diseño de la camiseta de despedida lo realicé yo con todos los soldados del remplazo. Mañana lo muestro.

¡Viva España!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si hay suerte y mañana nos cuentas tu operación de fimosis o la historia de la bruja.
Seguro que no he sido el único al que le ha recorrido un escalofrío al leer la frase "como yo era el único con estudios..."
A topeeeee

chefo dijo...

Magnífico y delirante. Sigue Marcos que te superas día a día

Anónimo dijo...

Si yo suelo decir que los Caseteros son raza aparte, no quiero ni imaginarme como serían los soldados de Casetas. A tope!!!

An dijo...

haii...la mili...que buenos recuerdos, fue un buen día ese que hice de servicio militar (desde aqui mi más sincero agradecimiento a las monjas chochas que encuentras enfermedades inexistentes) Un saludo

latro dijo...

¡Yo también la hice en el 95! Pero en la base aérea.
Creo que todas las milis se parecen un poco... ¿A qué había uno que imitaba voces?

guille dijo...

ale, con tos los militronchos, jeje

bendita mili no obligatoria. Aunque me hubiera gustado aprender a matar, jeje